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EL CAMINO
EL CAMINO ¡Llegó el día! Es temprano, pero no tanto; mañana deberá levantarse mucho antes. Va solo, nunca ha sido así, pero hoy no le acompañan ni su padre ni su madre. Transita del campo a la ciudad para su camino labrar. Desde verano ya sale los fines de semana, en el último año ha ido dos veces de viaje a la península con sus compañeros, pero, aun así, el viaje de hoy es distinto, y lo sabe. En breve subirán muchos de sus antiguos compañeros, algunos, aún amigos, aunque no todos van al mismo lugar. Varios, como él, harán escala en el vetusto edificio, ansiosos por demostrar que pueden hacerse un sitio en ese barco que a la Universidad, les debería llevar. En el fondo, le encantaría saber cuántos le van a acompañar en el mismo camarote, pero no puede elegir con quién estar, a él no le gustaría verse sólo, aunque no lo diga. De todas formas, aprenderá a sortear la dificultad. No sabe bien si está emocionado, entusiasmado, asustado, o provocado. Sea como fuere, no q...
LA GRAN FAMILIA
LA GRAN FAMILIA Desanda sus pasos de la infancia subiendo por la estrecha vereda pegado a la pared de piedra seca. En el rellano previo al gran desnivel, donde comienzan los escalones de piedra y tierra, mira a su izquierda y lo ve, ya viejo, intentando escapar de las zarzas, lleno de musgo, casi seco, sin hojas, y mucho menos, sus sabrosos membrillos. No había otro membrillero en todo el pueblo, él, junto con la vieja casa familiar, debió ser de los primeros que hubo. La casa fue una de las primeras inscrita en el registro, ya no del pueblo, sino del municipio. Mientras lo miraba embobado le pareció oír que le decían, como cuando era pequeño: «Espabila y date prisa». Eran los fantasmas de sus tías carnales y políticas, mientras se afanaban subiendo los materiales. Cuando llegó al lugar de la reunión, no había nadie, pero las ve como si estuviera pasando ahora. Todas mezclando la harina, la levadura, la sal, el comino…, frente a la cueva vivienda, inconclusa, que su ...
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